¡Hola, queridos amantes de la buena mesa! ¿Qué tal si hoy le damos una vuelta de tuerca a un clásico irresistible de nuestra gastronomía? Hablo, por supuesto, de las croquetas. Pero no unas cualquiera, sino unas con un toque especial que las hace ligeras, sabrosas y perfectas para cualquier ocasión: las croquetas de calabacín y queso manchego. Olvídate de la pereza, porque te aseguro que preparar esta delicia es más sencillo de lo que parece y el resultado… ¡simplemente espectacular!
Son ideales como aperitivo en una reunión con amigos, como plato principal si las acompañas de una ensalada fresca, o incluso para sorprender a los peques (¡el calabacín se camufla divinamente!). La suavidad del calabacín se fusiona con el carácter intenso y ligeramente salado del queso manchego, creando una combinación que te conquistará desde el primer bocado. ¿Listos para ensuciarnos las manos y disfrutar de una receta que se convertirá en un imprescindible en vuestro recetario?
Tiempo de preparación: 30 minutos (+ 2 horas de reposo)
Dificultad: Fácil
Raciones: Para 4-6 personas (unas 25-30 croquetas)
Ingredientes
- 2 calabacines medianos (unos 500g)
- 100g de queso manchego semicurado o curado, rallado
- 1 cebolla pequeña, picada muy fina
- 2 dientes de ajo, picados
- 50g de mantequilla
- 70g de harina de trigo (unas 4-5 cucharadas soperas)
- 600ml de leche entera (o la que uses habitualmente), tibia
- Nuez moscada recién rallada, al gusto
- Sal y pimienta negra recién molida, al gusto
- Aceite de oliva virgen extra, para sofreír
- Para rebozar:
- 2 huevos grandes, batidos
- 150g de pan rallado
- Aceite vegetal o de girasol, abundante, para freír
Preparación paso a paso
- Prepara el calabacín: Lava los calabacines y rállalos con un rallador de agujero grueso. Colócalos en un colador, espolvorea un poco de sal y déjalos reposar unos 15-20 minutos para que suelten el exceso de agua. Pasado este tiempo, estruja el calabacín rallado con las manos o con un paño limpio para eliminar la mayor cantidad de líquido posible. Este paso es crucial para que las croquetas queden cremosas y no aguadas.
- Sofríe la base: En una sartén grande, calienta un chorrito de aceite de oliva a fuego medio. Añade la cebolla picada y cocina hasta que esté transparente, unos 5-7 minutos. Incorpora el ajo picado y cocina un minuto más, con cuidado de que no se dore.
- Añade el calabacín: Incorpora el calabacín bien escurrido a la sartén. Cocínalo a fuego medio-alto durante unos 8-10 minutos, removiendo ocasionalmente, hasta que se evapore el resto de su humedad y esté tierno. Retira de la sartén y reserva.
- Prepara la bechamel: En la misma sartén (si es grande) o en una cacerola, derrite la mantequilla a fuego medio. Añade la harina y remueve enérgicamente con una cuchara de madera o varillas durante 2-3 minutos, hasta formar un roux ligeramente dorado. Cocinar bien la harina es importante para evitar el sabor a crudo.
- Incorpora la leche: Vierte la leche tibia poco a poco sobre el roux, sin dejar de remover con las varillas. Es fundamental añadir la leche gradualmente y remover continuamente para evitar grumos y conseguir una bechamel lisa y homogénea. Cocina a fuego medio-bajo hasta que espese y se despegue de las paredes de la sartén, unos 10-15 minutos.
- Mezcla los ingredientes: Retira la bechamel del fuego. Añade el calabacín sofrito y el queso manchego rallado. Sazona con sal, pimienta negra y nuez moscada al gusto. Mezcla todo muy bien hasta que el queso se integre y la masa quede uniforme. Prueba y rectifica la sazón si es necesario.
- Enfría la masa: Vierte la masa de croquetas en una fuente o bandeja extendiéndola bien para que se enfríe más rápido. Cubre con papel film a piel (es decir, el film en contacto directo con la masa para que no se forme costra) y déjala enfriar completamente en la nevera durante al menos 2 horas. Cuanto más fría y firme esté la masa, más fácil será manipularla.
- Forma las croquetas: Prepara tres recipientes: uno con los huevos batidos, otro con el pan rallado y otro vacío para las croquetas formadas. Coge porciones de masa con una cuchara (o con las manos ligeramente engrasadas) y dales forma de rulo o bola, según tu preferencia.
- Reboza las croquetas: Pasa cada croqueta primero por el huevo batido, asegurándote de que quede bien cubierta, y luego por el pan rallado, presionando suavemente para que se adhiera bien por todos los lados. Si quieres un rebozado extra crujiente, puedes pasarlas de nuevo por huevo y pan rallado.
- Fríe las croquetas: Calienta abundante aceite vegetal en una sartén profunda o freidora a fuego medio-alto (unos 170-180°C). Fríe las croquetas en tandas pequeñas para no bajar la temperatura del aceite, hasta que estén doradas y crujientes por todos sus lados.
- Escurre y sirve: Retira las croquetas con una espumadera y colócalas sobre papel de cocina absorbente para eliminar el exceso de aceite. Sirve inmediatamente y disfruta de su cremosidad interior y su exterior crujiente.
Consejos de Nuria:
- El secreto está en el escurrido: ¡No subestimes el poder de un buen escurrido del calabacín! Cuanta menos agua tenga, más firme y cremosa quedará la masa.
- Reposo, clave del éxito: La paciencia es una virtud en la cocina, y aquí el reposo de la masa en la nevera es fundamental. Asegúrate de que esté bien fría y compacta para que no se deshagan al freír.
- Variantes a tu gusto: Si te apetece, puedes añadir un poco de jamón serrano picado y sofrito al final de la bechamel para darle un toque ibérico. También puedes sustituir parte del manchego por un queso suave de cabra para un sabor diferente. ¡Experimenta!
- Croquetas congeladas: Una vez rebozadas, puedes congelar las croquetas crudas en una bandeja separadas. Una vez duras, guárdalas en una bolsa hermética. Cuando quieras disfrutarlas, fríelas directamente del congelador en aceite caliente, así no perderán forma ni textura.
- Aceite abundante y limpio: Para que las croquetas queden perfectamente doradas y crujientes, fríelas en abundante aceite bien caliente. No llenes demasiado la sartén para evitar que baje la temperatura y las croquetas absorban más aceite del necesario.
¡Y listo! Ya tienes en tus manos una receta de croquetas diferente, deliciosa y sorprendentemente fácil de hacer. Anímate a prepararlas, verás cómo se convierten en las protagonistas de tu mesa. No dudes en dejarme un comentario contándome qué te han parecido o si tienes algún truco especial. Y si te apetece probar una versión con otro ingrediente, déjame tu sugerencia en el formulario, ¡estaré encantada de explorar nuevas ideas contigo!
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