Si estás buscando una idea original, fresca y perfecta para sorprender en una tarde de verano, este helado de lavanda con miel te va a encantar. Tiene un sabor suave, delicado y floral, que se realza con el dulzor natural de la miel. Es uno de esos postres que te transporta, ideal para cerrar una comida especial o simplemente disfrutar de un momento exquisito. Me gusta prepararlo cuando quiero algo diferente, ligero y con ese toque aromático que lo hace tan especial. Además, no necesitas una heladera profesional para hacerlo en casa. ¿Te animas a probarlo?
Tiempo de preparación: 25 minutos (+ 30 minutos de marinado)
Dificultad: Fácil
Raciones: Para 4 personas
Ingredientes
- 500 ml de nata líquida para montar (mínimo 35% MG)
- 250 ml de leche entera
- 100 g de miel (preferentemente de flores)
- 2 cucharadas de flores de lavanda secas (aptas para consumo)
- 1 cucharadita de esencia de vainilla (opcional)
- Una pizca de sal
Preparación paso a paso
- En un cazo mediano, calienta a fuego bajo la leche junto con la nata, la miel y la pizca de sal. Remueve bien hasta que la miel se disuelva completamente.
- Cuando la mezcla esté caliente pero sin llegar a hervir, retírala del fuego y añade las flores de lavanda. Tapa el cazo y deja infusionar durante 30 minutos.
- Pasado el tiempo de reposo, cuela la mezcla con un colador fino para retirar todas las flores de lavanda.
- Si deseas, incorpora la esencia de vainilla y mezcla bien. Luego deja enfriar completamente en la nevera, al menos 2 horas (idealmente toda la noche).
- Una vez esté fría, bate la mezcla con varillas durante unos minutos para incorporar algo de aire y lograr una textura cremosa.
- Vierte la mezcla en un recipiente hermético y congélala durante unas 4 horas. Cada 30-45 minutos, saca el recipiente y remueve con un tenedor para evitar que se formen cristales de hielo. Este paso es esencial si no usas heladera.
- Cuando esté firme y cremoso, sirve el helado en boles o cucuruchos y decora con unas flores secas de lavanda si lo deseas.
Consejos de Nuria:
- Si no tienes flores secas de lavanda, puedes usar lavanda fresca del jardín, siempre que esté libre de pesticidas.
- Evita pasarte con la lavanda: su sabor es muy potente y con poca cantidad puedes lograr un sabor equilibrado.
- Para una versión aún más ligera, prueba usar leche vegetal (como almendra o avena) y nata vegetal, aunque la cremosidad será algo menor.
- Este helado combina genial con frutas del bosque frescas, como moras o frambuesas, que aportan acidez y color.
- Si tienes heladera, sigue las instrucciones de tu máquina: te facilitará mucho la vida y dará una textura más suave.
¿Has probado alguna vez helado con flores comestibles? Este de lavanda y miel es una delicia floral que no te dejará indiferente. Si lo haces, cuéntame en los comentarios cómo te ha quedado o si lo has personalizado de alguna manera. ¡Y si te gustaría que suba una versión vegana o con otro tipo de flores, solo tienes que decírmelo!
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