¡Hola, amantes de los postres y viajeros culinarios! Hoy os traigo una receta que es pura alegría para el paladar, una escapada tropical en cada cucharada: nuestra increíble Mousse de Mango con Crumble de Coco. ¿Hay algo más revitalizante que el sabor exótico y dulce del mango? Combinado con la textura crujiente y aromática del coco, este postre se convierte en la estrella de cualquier mesa. Es perfecto para esos días en los que apetece algo ligero pero lleno de sabor, ideal para cerrar una comida especial con un toque fresco o simplemente para darse un capricho a media tarde. Su sencillez y el equilibrio perfecto entre la cremosidad de la mousse y el toque crujiente del crumble lo hacen irresistible. Prepara tus cucharas porque este será uno de tus nuevos favoritos.
Tiempo de preparación: 25 minutos (activo) + 2 horas de refrigeración
Dificultad: Fácil
Raciones: Para 4 personas
Ingredientes
- Para la Mousse de Mango:
- 2 mangos grandes y maduros
- 200 ml de nata para montar (crema de leche, mínimo 35% M.G.)
- 50 g de azúcar glas (o al gusto, dependiendo del dulzor del mango)
- 1 cucharada de zumo de lima recién exprimido
- 2 hojas de gelatina (o 4 g de gelatina en polvo)
- Para el Crumble de Coco:
- 50 g de harina de trigo todo uso
- 30 g de coco rallado deshidratado
- 40 g de mantequilla fría, cortada en dados
- 30 g de azúcar blanco
- Una pizca de sal
Preparación paso a paso
- Prepara la gelatina: Si usas hojas de gelatina, hidrátalas en un bol con agua muy fría durante unos 5-7 minutos hasta que estén blandas. Si usas en polvo, disuélvela en 2-3 cucharadas de agua fría y deja reposar 5 minutos.
- Prepara el puré de mango: Pela los mangos, retira el hueso y trocea la pulpa. Tritúrala en un procesador de alimentos o con una batidora de mano hasta obtener un puré muy fino y sin hebras.
- Integra la gelatina: Calienta una pequeña porción del puré de mango (aproximadamente 2 cucharadas) en el microondas o en un cazo pequeño sin que hierva. Escurre bien las hojas de gelatina hidratadas (o añade la gelatina en polvo disuelta) y mézclalas con el puré caliente hasta que se disuelvan por completo. Incorpora esta mezcla al resto del puré de mango y añade el zumo de lima. Remueve bien y deja que se enfríe ligeramente.
- Monta la nata: En un bol bien frío, monta la nata para montar junto con el azúcar glas hasta que esté semi-montada o con picos suaves (no debe estar demasiado firme para que se integre bien).
- Combina la mousse: Con movimientos suaves y envolventes, incorpora poco a poco el puré de mango frío a la nata montada. Hazlo con una espátula para no perder aire y mantener la ligereza de la mousse.
- Refrigera la mousse: Reparte la mousse en copas individuales o cuencos de postre. Refrigera en la nevera durante al menos 2 horas, o hasta que esté bien cuajada y firme.
- Prepara el crumble de coco: Precalienta el horno a 180°C (350°F). En un bol, mezcla la harina, el coco rallado, el azúcar y la pizca de sal. Añade la mantequilla fría cortada en dados y trabaja la mezcla con las yemas de los dedos hasta obtener una textura arenosa, como migas de pan.
- Hornea el crumble: Extiende la mezcla del crumble sobre una bandeja de horno forrada con papel vegetal. Hornea durante 10-15 minutos, o hasta que esté dorado y crujiente. Deja enfriar completamente sobre una rejilla.
- Sirve: Una vez que la mousse esté bien fría y el crumble de coco esté a temperatura ambiente, reparte generosamente el crumble por encima de cada mousse. Puedes decorar con unas hojitas de menta o un trocito de mango fresco. ¡A disfrutar!
Consejos de Nuria:
- Variantes de fruta: Si el mango no es tu fruta favorita o quieres probar algo diferente, puedes sustituirlo por puré de melocotón, maracuyá (fruta de la pasión) o incluso una mezcla de frutos rojos.
- Para un dulzor perfecto: El dulzor del mango puede variar mucho. Prueba el puré antes de añadir la gelatina y ajusta la cantidad de azúcar glas a tu gusto. Si el mango es muy dulce, quizás no necesites todo el azúcar.
- Crumble sin gluten: Si tienes intolerancia al gluten, puedes sustituir la harina de trigo del crumble por harina de almendra o una mezcla de harinas sin gluten. ¡El resultado será igualmente delicioso!
- Presentación elegante: Para un toque más sofisticado, puedes servir la mousse en vasitos de chupito pequeños como aperitivo dulce, o en copas de cóctel anchas. Unas láminas finas de mango fresco y unas hojas de menta para decorar siempre suman puntos.
- Conservación: La mousse se conserva perfectamente en la nevera hasta 2-3 días. El crumble, si lo guardas en un recipiente hermético, se mantendrá crujiente varios días y puedes añadirlo justo antes de servir.
Espero de corazón que os animéis a preparar esta Mousse de Mango con Crumble de Coco. Es un postre que evoca el sol y los sabores tropicales, aportando un toque de frescura y alegría a cualquier momento del día. La combinación de la suavidad etérea de la mousse y el crunch del crumble es simplemente mágica, ¡una verdadera fiesta de texturas y sabores! Contadme en los comentarios qué os ha parecido o si tenéis alguna variante favorita. Y si hay alguna receta que os gustaría ver por aquí, ¡no dudéis en pedírmela a través de nuestro formulario de contacto!
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