Pollo al ajillo

12 agosto 2025 imagen

El pollo al ajillo es una de esas recetas de casa que reconfortan al primer bocado: sencilla, llena de sabor y con ese aroma a ajo y aceite que invita a mojar pan. Es un plato clásico para una comida familiar o una cena informal, perfecto cuando quieres algo rápido pero sabroso. En esta versión te explico cómo conseguir un pollo jugoso por dentro y dorado por fuera, con un ajillo que no empalaga pero sí deja su carácter. Además te doy trucos para que el resultado sea consistente, consejos para adaptarlo (al horno, sin alcohol, o más ligero) y pequeñas ideas para acompañarlo. Ideal para principiantes y para quien busca un plato de diario con personalidad.

  • 🕒 Tiempo de preparación: 40 minutos
  • 🔥 Dificultad: Fácil
  • 🍽️ Raciones: Para 4 personas
  • 1 kg de pollo troceado (muslos y contramuslos con piel o una mezcla a tu gusto)
  • 6–8 dientes de ajo, laminados o enteros según preferencia
  • 60–80 ml de aceite de oliva virgen extra
  • 100 ml de vino blanco seco (puedes sustituir por caldo de pollo si prefieres)
  • 1 hoja de laurel
  • 1 rama de tomillo o unas ramitas de romero (opcional)
  • Sal y pimienta negra recién molida al gusto
  • El zumo de medio limón (opcional, para un toque ácido)
  • Perejil fresco picado para terminar
  • 1 cucharadita de pimentón dulce o ahumado (opcional, para color y matiz)
  1. Seca y sala el pollo: Limpia los trozos de pollo con papel de cocina y sazona con sal y pimienta. Si usas pimentón, espolvoréalo ligeramente ahora para que se adhiera.
  2. Dora el pollo: En una cazuela amplia o sartén profunda calienta el aceite a fuego medio-alto. Cuando esté caliente, coloca los trozos de pollo con la piel hacia abajo y dóralos sin mover demasiado hasta que queden bien dorados (3–5 minutos). Da la vuelta y dora el otro lado. Hazlo en tandas si la cazuela no es grande para evitar amontonar.
  3. Retira y reserva: Saca el pollo y resérvalo en un plato. Mantén el aceite y los jugos en la cazuela: ahí estará el sabor base.
  4. Pocha el ajo: Baja el fuego a medio y añade los ajos laminados (o enteros si prefieres un sabor más suave). Cocínalos hasta que estén dorados pero sin quemarse, removiendo con cuidado para que el aceite se aromatice.
  5. Desglasa y aromatiza: Incorpora el vino blanco (o caldo) para desglasar la cazuela, rasca el fondo para soltar los sabores. Añade la hoja de laurel y el tomillo o romero. Deja reducir un par de minutos.
  6. Vuelve a poner el pollo: Regresa el pollo a la cazuela, tapa parcialmente y cocina a fuego medio-bajo durante 20–25 minutos, girando los trozos a mitad de cocción para que se empapen bien del ajillo y queden jugosos.
  7. Rectifica y termina: Comprueba el punto de sal y añade el zumo de limón si lo usas para darle un toque fresco. Si la salsa está muy líquida, sube el fuego los últimos minutos sin tapa para reducir y concentrar sabores.
  8. Emplata y adorna: Sirve caliente espolvoreando perejil fresco picado por encima y unos dientes de ajo enteros o laminados dorados para decoración. Acompaña con patatas asadas, arroz blanco o una ensalada verde.
  • Evita amontonar: No metas todo el pollo a la vez en una sartén pequeña; el dorado se logra con espacio y calor uniforme.
  • Ajo entero o laminado: El ajo laminado aporta un sabor más contundente y textura crujiente; los dientes enteros confieren un sabor más suave y cremoso al comerlos.
  • Versión al horno: Tras dorar el pollo en la sartén, puedes acabar la cocción en horno precalentado a 180 °C durante 20–25 minutos para una cocción más uniforme.
  • Sin alcohol: Sustituye el vino por caldo de pollo y un chorrito de vinagre de vino blanco para obtener la acidez necesaria.
  • Para un sabor más profundo: Deja macerar el pollo con ajo picado y un poco de aceite unas horas en la nevera antes de cocinar.
  • Error común: No cocinar a fuego demasiado alto al final; el exterior puede quemarse y el interior quedar seco. Paciencia y control del fuego son clave.

El pollo al ajillo es de esas recetas que facilitan el día a día sin renunciar al sabor. Anímate a prepararlo este fin de semana y cuéntame en los comentarios cómo te ha quedado o qué acompañamiento has elegido. Si quieres, puedo proponerte una versión con menos grasa, una opción para horno o una versión con más sabor mediterráneo—pídemela y te la preparo.


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